Prisionero que llevas el alma
enredada en cadenas…
que dejaste la muerte colgada
en tu rayo de luz…
y te apagas despacio y callado
bajo la condena…
pues tú mismo le impones tributo
a la ingratitud!
No te dejes vencer por el mundo
que siembra codicias…
ni le rindas honor al que hace
tu vida temblar…
ven y busca el refugio perfecto
en los brazos divinos…
del Cordero Bendito y Sagrado
que espera por ti!
Eileen
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