Las horas… el cuarto de un hotel
dos fugitivos,
amándose al desnudo entre gemidos
bebiéndose la vida con los labios
Suspiros… el beso entretejido
del delirio,
las manos recorriendo los caminos
al borde de la piel y los sentidos
No hay nada que pueda distraer
a los amantes…
en medio de esa danza tan constante
brotando en los rincones de la noche
Se miran… buscando las caricias
de las almas,
cayendo como brisa por la cama…
mojando con pasión sábanas blancas
Y abrazan el rayo de la luna
silenciosa…
al paso de una estrella caprichosa
que atrapan con la punta de sus bocas!
Eileen
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